El amor es más fuerte...

“¿Así que decidiste ir a la cancha? Bárbaro, pero desde hoy te juro que no me ves más un pelo. Y esta vez es en serio. Chau” ¡El clic! Del otro lado de la linea me privó de ensayar una respuesta. Analía no comprendió que nuestra salida a Cabildo programada para hoy coincidió con el partido con Ferro que nos podía ubicar un poquito más arriba en la tabla. Y que por más que no haya casi nada en juego yo no puedo faltar. Una vez en el colectivo hacia la cancha, perdí la mirada por la ventanilla mientras escuchaba a mi conciencia versar sobre mi desesperación por Analia. Ella nunca entendió mi fanatismo por Huracán, es verdad, pero yo tampoco hice jamás algo por cambiar. Entre pensativo a la cancha, con la cabeza en otro lado, pero ya era tarde. “Vamos que hay que ganar, eh” gritaban los chicos subidos al paraavalancha. Las agujas corren ligero. El 0-0 no nos sirve y gracias que Andujar – nuestro arquero-está inspirado y las saca todas. Posibilidades no creamos porque el técnico insiste en jugar con un delantero, Yaque. Y el tipo esta muy solo. Igual que yo, porque mañana Analia no querrá verme. Y tendrá toda la razón del mundo.
El entretiempo me otorgo espacio para reflexionar mejor. Si en los 45 que quedan no hacemos un gol, a otra cosa mariposa. Pero eso ya no me importa. Solo pienso en Ana que planeó una salida y le fallé. Me siento una autentica porquería. ¿Qué puede importarme el segundo tiempo? Mi día ya esta arruinado. El equipo vuelve al campo con camisetas rojas. Casi tan roja como el suéter que me regaló Ana. La suerte no cambia, los pases van siempre a un contrario y Andujar se sigue revolcando para salvar el arco. Faltando 10 minutos se larga un diluvió que embarra la cancha en cuestión de segundos. De haber estado en Cabildo y Juramento, con Analia, seguro que hubiésemos corrido de la mano a protegernos bajo un árbol. Pero hoy, acá , ni siquiera hay donde meterse. Cuando el arbitro marca 3 de descuento, prefiero irme solo hacia la salida. Ya en la puerta, me doy vuelta y alcanzó a ver a Yaque que mete un cabezazo y sale corriendo con los brazos en alto. Gol, ¡Gooooool!. Instintivamente, empiezo a correr hacia la tribuna, con el pecho inflado, los pulmones a punto de explotar por el grito interminable y los puños apretados como nunca. Me abrazó con un señor de unos cuarenta años hasta hacer crujir los huesos. Algunos chicos se suben al alambrado y otros le agradecen al cielo el gol sobre la hora. A pesar de que no se jugaba nada, la pasión estaba presente como siempre. El pitazo final nos encuentra todos abrazándonos y pasados por agua. ¡Ganamos! Nos gritamos unos a otros. Y el “Se van a Caballito con el culo roto” se empezaba a entonar con mucha euforia por las 12.500 mil personas presentes en la popular local. La alegría era inmensa por esos minutos. ¿Cómo explicar tanto desenfreno, tanta locura junta? Y pensar que hay tipos que cambian momentos como este por un paseo con la novia por Cabildo. Deben estar locos...

Debido al fin de semana atípico decidí hacer un cuentito sobre la pasión que tenemos la gran mayoría de los argentinos, el fútbol.

Publicadas porGuido a la/s 00:02

20 comentarios:

Anónimo dijo... 12:33 a. m.  

jejeje genial. Me mató lo de que no jugaban por nada , pero igual tenías que estar. Es cierto, el amor por el fútbol es más fuerte, sin dudas.
Es pasíon.

Anónimo dijo... 12:34 a. m.  

Ah, ahí leí bien la frase "el partido con Ferro que nos podía ubicar un poquito más arriba en la tabla" jaja importantisimo no?? jaja

pez dijo... 5:25 a. m.  

A mi tambien me apasiona el futbol pero no llego a tanto.

Aunque mi equipo pierda de la manera más humillante o injusta si toca salir se sale y se olvidan las penas o se festeja con una copichuela en la mano y si ya es con compañia femenina pues mejor.

Anónimo dijo... 6:25 a. m.  

Y que paso al final con Analia Sr. Guido???.
En represalia ella se fue a ver a Almirante Brown mientras ud. estaba
mirando el partido mencionado???.

Fer dijo... 7:40 a. m.  

Jejeje, el fútbol a veces nos hace perder el Norte. Cuando juega nuestro equipo, el resto del mundo desaparece.

Anónimo dijo... 10:27 a. m.  

tremendo, es la verdad señor

Anónimo dijo... 10:27 a. m.  

Se me hace que algo de veridico tiene esta historia jaja

zaragocista dijo... 12:28 p. m.  

Uooo me encanta jaja. Que pasion se nota.


Saludos crack.

Anónimo dijo... 1:14 p. m.  

gRAN CUENTO PAPA!! ASÍ ES LA PASION DE UN CLUB, SEGURO

VAMO EL GLOBO JAJA

Anónimo dijo... 4:15 p. m.  

Genial, muy acertado
Que paso con Analia al final jeje??

Javi Saiz dijo... 6:19 p. m.  

Muy bueno Guido, queremos saber el fianl jeje. El futbol es tan grande que depara estas situaciones...
Un saludo

Anónimo dijo... 9:36 p. m.  

la casa se reserva el derecho de admision de los mensajes.

Anónimo dijo... 11:21 p. m.  

de ahora en mas me voy a fijar cuando juega huracan asi la llamo a analia.

Anónimo dijo... 12:47 a. m.  

Tu ni puedes hablar con una niña Fluata weon!!!!A

Anónimo dijo... 12:53 a. m.  

Flauta, que aporte demasiado acabao para la hora de estra noche, te has quedadoa sin ideas corruto???

Saludos chabal!!!

Anónimo dijo... 7:14 a. m.  

Es una historia que bien podría ser real

Anónimo dijo... 11:23 a. m.  

aaron seguis perseguido conmigo, no seras trolo?
weon??? si yo te dijera nabo o boludo es lo mismo? disculpa que no conozco idiomas internacionales por eso te pregunto.
al anonimo que se hace el español, le pido que firme. Aunque es un nabo me quedo con aaron que por lo menos firma.

Zahorí dijo... 11:32 a. m.  

Muy buen relato.

(A todo esto, "weón" es la palabra más versatil del dialecto chileno... dependiendo de la entonación y el contexto, puede significar "compadre", "tipo" o "estúpido", entre otros)

Anónimo dijo... 1:40 p. m.  

gracias zahori por la aclaracion queria saber en que terminos me estaba calificando aaron.

Guido dijo... 8:40 p. m.  

Seba:
Es así...jajaja

Futbolero Estadístico:
Jajaja...creo que no. Ahora me entró la duda.

Javi y Horacio:
El final es triste. Huracán sigue en la B y Analía no esta más en mi vida.

Saludos a todos

Publicar un comentario